Contaminación por metales pesados sobre las comunidades de organismos acuáticos

Estudio de los principales efectos de la contaminación por metales pesados sobre las comunidades de organismos acuáticos y cómo pueden afectar a la cadena trófica.

Es importante el volumen de lodos piríticos y aguas ácidas transportadas por vertidos mineros, agrícolas, industriales, sociales y otras fuentes difusas que permiten que elementos tóxicos como el plomo, zinc, cobre, cadmio, arsénico y otros metales pesados entren en el suelo, bien de forma soluble en las aguas, en forma de lodo a través de las grietas del suelo o como consecuencia del proceso de oxidación de los sulfuros. Esta contaminación está, probablemente, relacionada con la presencia de mineralizaciones de sulfuros aguas arriba y las actividades mineras históricas, especialmente las explotaciones intensivas.

En definitiva, según la forma en la que se encuentre el metal retenido en el suelo, así será la disponibilidad relativa por las plantas y por tanto la incorporación en los organismos.

 Forma de retención en el suelo  Disponibilidad relativa
 Iones en solución del suelo  Fácilmente disponible
 Ión en complejo de cambio  Relativamente disponibles pues estos metales, por su pequeño tamaño y altas cargas, quedan fuertemente adsorbidos
 Metales quelados por compuestos orgánicos  Menos disponibles
 Metal precipitado o coprecipitado   Disponible sólo si ocurre alguna alteración química
 Incorporado a la matriz biológica  Disponible después de la descomposición
 Metal en la estructura mineral  Disponible después de la meteorización

Al ir transcurriendo el tiempo disminuye la disponibilidad de los metales, ya que se van fijando en las posiciones de adsorción más fuertes y también los geles van envejeciendo y se van volviendo más cristalinos.

En general se considera que la movilidad de los metales pesados es muy baja, quedando acumulados en los primeros centímetros del suelo, siendo lixiviados a los horizontes subsuperficiales en muy pequeñas cantidades. Es por ello que la presencia de altas concentraciones en el horizonte superficial seguida de un drástico decrecimiento a los pocos centímetros de profundidad es un buen criterio de diagnóstico de contaminación antrópica.

Los principales contaminantes procedentes de actividades agrícolas son:

Biocidas y fitosanitarios

Sólidos en Suspensión

Eutrofizantes (NO3 y PO4)

Consumidores de O2 (DBO5 o DQO)

Contaminantes  hospitalarios y farmacéuticos

Antiinflamatorios (entre otros, el ibuprofeno), antibióticos y antidepresivos (reguladores lipídicos, antihistamínicos, etc.).

 En cuanto a los productos de higiene, el triclosán y el triclocarbán están entre los más agresivos

Las masas en riesgo seguro como consecuencia de fuentes difusas de contaminación son fundamentalmente aquellas en las que se detectan sustancias prioritarias procedentes de actividades agrícolas a concentraciones superiores a las normas de calidad ambiental vigentes. En el conjunto de la cuenca y con una frecuencia variable en las diferentes campañas agrícolas se detectan: Simazina, Endrín, Aldrín, Terbutilazina, Isodrín, HCH, Atrazina, Dieldrín, Diurón y Clorpirifos.

Datos disponibles en la literatura muestran que muchos de los valores individuales de concentración de As, Cd, Cu, Pb y Zn en suelos afectados pueden ser considerados tóxicos para el crecimiento de las plantas (Ross, 1994; Singh y Steinnes, 1994).

 Todos los niveles tróficos presentes en las Marismas y cuencas bajas. Los metales pesados, a diferencia de otro tipo de contaminantes (e.g. pesticidas) no tienen un comportamiento claro en cuanto a su proceso de biomagnificación a través de las cadenas tróficas. El mercurio es quizá el único metal pesado que se ha demostrado se acumula a lo largo de las cadenas tróficas (Peterle, 1991). Otros como el plomo, se sabe más que se concentran en los consumidores primarios que en sus predadores, no habiéndose encontrado procesos de biomagnificación claros. Estas diferencias tienen que ver tanto con el diferente comportamiento de los metales a la hora de bioacumularse, como con la capacidad de expulsarlos por parte de los portadores y las características de cada cadena trófica afectada (Moriarty, 1988; Peterle, 1991). El resultado es que distintos grupos de seres vivos tienden a acumular los mismos o distintos elementos en proporciones diferentes. Por ello, en una misma área el grado de afección puede variar de forma sustancial de unas especies a otras, siendo muy difícil preverlo a priori. Resulta por ello aconsejable, ante episodios de contaminación por varios metales, iniciar un seguimiento muy amplio de especies de los distintos niveles tróficos.

De entre los muchos problemas derivados de la actuación del ser humano en los ríos, sobre todo sus estuarios, hay uno que debería preocupar de modo especial a la población: el agua está envenenada durante más de la mitad del año.

La eliminación de meandros del río para facilitar la navegación y la desecación de zonas del estuario para cultivar  han provocado que no se mezclen las aguas dulces y marinas de la manera y en la cantidadnecesarias para el correcto funcionamiento del ecosistema fluvial. Las aguas del río contienen un exceso de lodo en suspensión que hace que no penetre la luz más allá de un par de centímetros sobre la superficie. Estas condiciones son ideales para que la toxina generada por una cianobacteria, la Microcystis aeruginosa, prolifere más tiempo y en más cantidad de lo conveniente. “El problema es que la toxina se va concentrando a lo largo de la cadena alimentaria”, (Eduardo Costas) “El fitoplancton se come a la cianobacteria; los peces pequeños al fitoplancton; los peces grandes y las aves, a los peces pequeños… Como se trata de una hepatotoxina, se va acumulando en el hígado de los animales.

El peligro para el ser humano es más por acumulación que directo. “A principios de este siglo, más de 200 personas fallecieron en Sao Paulo (Brasil) por consumir agua contaminada”, (Eduardo Costas)”. Pero este riesgo es prácticamente nulo. Basta con no beber agua directamente del río. El verdadero problema es que comer durante años pescado o moluscos contaminados  puede producir enfermedades a largo plazo.

Exceso de sólidos en suspensión que enturbian el agua e impiden que pase la luz necesaria, niveles de oxígeno por debajo de lo recomendable para mantener la biodiversidad, peces aptos para el consumo humano impregnados de una potente toxina… Estos son algunos de los graves efectos provocados por décadas de acción humana irresponsable en los estuarios del los ríos.

La acuicultura también se ve afectada. Las piscifactorías que hay en los ríos se nutren de su agua, y aunque se elige el agua de más calidad de entre la que llega, esto no significa que esté completamente limpia: en momentos concretos del año, hay que conformarse con la menos mala. Por otra parte, el agua para consumo está depurada, con lo que no supone un riesgo para la salud, aunque sí económico:cuanto más contaminada esté, más caro resulta el proceso de dejarla apta para beber.

Asimismo, los científicos han comprobado que las recurrentes mortandades masivas de aves se deben a que estas han bebido agua contaminada por tóxicos. Y va en aumento.

Al rectificar los ríos, se acumulan demasiados sólidos en suspensión y las tasas de renovación de aguas son bajísimas, “lo que hace que pase menos luz para hacer fotosíntesis en el interior del río. La luz apenas penetra unos centímetros bajo la superficie. El metabolismo del río se convierte en heterótrofo; es decir, deja de generar energía orgánica a partir de la del sol, como debería ser”.( Javier Ruiz. CSIC.)

A este problema hay que añadir el del exceso de dióxido de carbono liberado por el consumo de oxígeno. La consecuencia de esto es que se disuelven las estructuras calcáreas de losmoluscos, sobre todo los más pequeños.

La carencia de luz en el interior del río puede tener consecuencias aun más graves que estas.

La monitorización de metales pesados en el medio ambiente nos da información en varias de las siguientes áreas: Por un lado, nos da un aviso temprano de efectos tóxicos, si existen. Por otro lado nos ayuda a conocer áreas de impacto y lugares donde la concentración resulta aparente, y deducir así posibles rutas de exposición hacia humanos, por lo que, en definitiva, se establece una base sobre áreas geográficas. También es útil conocer la tendencia de estos metales pesados a lo largo del tiempo. Si bien los metales pesados tienen una actividad tóxica reconocida a concentraciones altas, los organismos vivos tienen necesidad vital de alguno de ellos, ya que son necesarios para diversas funciones fisiológicas.

Existen algunos estudios que hacen referencia a la acumulación de metales pesados por plantas acuáticas. Estos estudios tienen importancia porque muchas de ellas son consumidas por invertebrados acuáticos y después éstos ingeridos por peces y estos por humanos, o las plantas acuáticas pueden ser directamente ingeridas por los peces.

Los diferentes metales pesados tienen órganos más afines que otros a la hora de acumularse y la mayoría de los autores coinciden en resultados parecidos de patrones de acumulación. Incluso dentro de cada órgano la distribución de los metales no es por igual en la célula.

El Cd elige como órgano de concentración mayor el riñón, pero también en menor

cantidad en hígado, branquia y como último el músculo. (WHO, 1992).

El Zn se acumula principalmente en branquias si la vía de absorción es acuática, también se acumula en hígado, menos en riñón y poco en músculo, bastante en huesos.

El Pb se acumula más en hígado, branquias (si la vía de absorción es acuática), menos en riñón y también poco en músculo. Cuando el Pb se acumula, mayormente lo hace en branquias, hígado, riñón y huesos.

El Cu se acumula básicamente en hígado, aunque también se detectan niveles en riñón, menos en branquia y poco en músculo. En mamíferos, se ha sugerido que el hígado juega el mayor papel en la protección de exposiciones crónicas a Cu al producir metalotioneínas y al actuar como lugar de almacenamiento.

El zincforma parte de más de 100 metaloenzimas (enzimas con un mineral en su estructura). Es esencial en la síntesis de DNA, en procesos implicados en la inmunidad, curación de las heridas, percepción del sentido del gusto, síntesis de esperma y el desarrollo físico normal. Se han encontrado niveles elevados de Zn en gónadas de peces, sobre todo de hembras porque juega un papel fisiológico esencial en la fertilización y por tanto, se almacena como reserva en los oocitos femeninos (Hamza-Chaffai et al., 1996). La hipótesis de que el zinc (Zn2+) podría tener una función fisiológica como parte de las defensas antioxidantes del organismo surge a partir del hallazgo de que la deficiencia de Zn2+ está asociada a una situación de estrés oxidativo. Así, utilizando modelos de deficiencia de Zn2+ en animales se han descrito elevados niveles de daño oxidativo a distintos componentes celulares (Sullivan et al., 1980; Tate et al., 1999). Está presente en la corteza terrestre en una concentración media de 70 mg/Kg., donde no se suele encontrar de forma libre, sino formando complejos con sulfuros, carbonatos y óxidos.La contaminación principal de Zn en el medio ambiente proviene de los residuos industriales derivado de sus usos. Derivados del Zn, como el óxido de Zn se utiliza en pinturas, cosméticos, productos parafarmacéuticos, plásticos, baterías, textiles y el sulfuro de Zn se utiliza en fluorescentes, rayos X y pantallas de TV.

El cobrees un metal común en la naturaleza, que en los seres vivos está involucrado en reacciones redox, forma parte esencial de la citocromo oxidasa y también es constituyente de numerosas enzimas. Es fundamental en la absorción de hierro y en la síntesis de hemoglobina. Esto significa que el metabolismo normal del Cu debería estar relacionado tanto con bajas como con altas concentraciones corporales.

En la corteza terrestre, el cobre(Cu) se encuentra a una concentración aproximada de 70 ppm y en una gran variedad de formas. Así mismo, forma dos tipos de sales con las dos valencias Cu1+ y Cu2+ que suelen ser muy estables en el medioambiente (Budavari, 1996).

El Cu se descarga ampliamente de fuentes puntuales (plantas industriales de metales y de otras industrias, como refinerías y fundiciones), vertidos domésticos, botes de pintura y lixiviados metálicos, así como de fuentes más lejanas como la escorrentía que arrastra fertilizantes, pesticidas, deposición atmosférica, tratamientos antialgas de aguas, etc….

Su papel es muy importante en el proceso de fotosíntesis de las plantas. Así como también en la formación de glóbulos rojos y en el buen funcionamiento del sistema inmunitario, mantenimiento de los vasos sanguíneos, nervios y huesos. Es esencial para el mantenimiento de la vida humana. La intoxicación aguda por sobrepasar la dosis catalítica de 15 mg día se presenta con dolores abdominales, náuseas y vómitos, trastornos mentales, diarreas. Irritación de las vías respiratorias por su inhalación.

El Valor máximo tolerado en el trabajo es de 0,2 mg/m3 para el humo y de 1 mg/m3 para el polvo. La ingestión de más de 30 g de sulfato de cobre es potencialmente mortal.

Las recomendaciones de la OMS indican no sobrepasar los 2 mg/l en el agua potable “ Guía de la calidad del agua potable”. (Piñero y Armario 2011)

El cadmioy el plomoson elementos no esenciales, muy tóxicos y no se les conoce una función fisiológica en los seres vivos. Aunque están en estudio.

Los niveles de cadmio(Cd) en la corteza terrestre están entre 0,1-0,5 μg/g, en la atmósfera entre 0,1-5 ng/m3, en los sedimentos marinos aproximadamente 1 μg/g, en el agua marina aproximadamente 0,1 μg/L (Clark, 1992) y en agua de río la concentración de Cd disuelto está entre 1-13,5 ng/L (WHO, 1992).

El Cd, como fuente de polución en el medioambiente, proviene primariamente de efluentes industriales (fundición del cobre, Zn, Pb y níquel) y municipales, así como de la deposición atmosférica procedente de la combustión de plásticos, combustibles de automóviles, gomas y del humo de tabaco…

Es uno de los metales más tóxicos, junto al mercurio. Abunda poco en la naturaleza. Encontrándose principalmente en la corteza. Toxicidad. El humo del tabaco, también el de la soldadura eléctrica, transporta el cadmio a los pulmones produciendo trastornos graves .

Otros efectos sobre la salud son: daños al sistema nervioso central, daños al sistema inmune, desórdenes psicológicos, desarrollo de cáncer, diarreas y vómitos, problemas de estómago, problemas de fertilidad, descalcificación

Unas 25000 toneladas anuales son liberadas al medio ambiente, al aire por los incendios y volcanes a los ríos por descomposición de la corteza terrestre, el resto por las actividades humanas.

Según Clark (1992), las emisiones atmosféricas de Cd, consideradas como la ruta principal de entrada al medioambiente, son primariamente antropogénicas y se han estimado en unas 7.300 Tn/año, comparadas con las 960 Tn/año de fuentes naturales. La actividad volcánica es la mayor fuente natural de Cd a la atmósfera que se estima entre 100-500 Tn/año (WHO, 1992). El vulcanismo profundo de los océanos es otra fuente natural que se ha estimado que lanza aproximadamente 1000 Tn/año (Nriagu y Pacyana, 1988)

La concentración media de plomo(Pb) en la tierra es de 1,6 g por cada 100 Kg de suelo (Pain, 1995) y según Clark (1992), la producción total de plomo ronda los 43 millones de toneladas/año. En la naturaleza, el Pb2+ es la forma estable del Pb, pero también forma complejos poco solubles con carbonatos, sulfuros, sulfatos e hidróxidos. Los compuestos orgánicos (derivados alquílicos del Pb) también forman complejos con materiales húmicos (Schulz-Baldes et al., 1983).

Las fuentes de contaminación de Pb son más dispersas y proceden de muchos y variados ámbitos.

Las áreas urbanas y cercanas a carreteras han sido la principal fuente de Pb antropogénica. Como resultado, la aportación primaria de plomo al medioambiente se hizo a través de la combustión de gasolinas de automóviles. Según Clark (1992), las actividades humanas liberan mucho más Pb a la atmósfera (449.000 toneladas/año) que las fuentes naturales (19.000 toneladas/año). Prueba de ello, es que las concentraciones de Pb están mucho más elevadas en el suelo y organismos cercanos a carreteras donde la densidad de tráfico es alta. El Pb medido es inorgánico y deriva casi exclusivamente de compuestos alquílicos de Pb añadidos a los carburantes de automóviles (WHO, 1989). Las emisiones o descargas de industrias que utilizan Pb en su actividad. Perdigones de cartuchos de munición….

El plomo es uno de los metales más antiguos utilizados por el hombre, tanto por su abundancia, como por su facilidad de fundición. Se utilizaba desde muy antiguo como lámina para escribir sobre él. Fue utilizado también, durante el imperio romano para la fabricación de tuberías. Posteriormente y en la actualidad se utiliza para la fabricación de medallones, en la construcción, aleaciones, electricidad, pigmentos, fabricación de plásticos, vidrios, cerámica, explosivos, insecticidas, imanes, blindajes contra radiaciones…

Toxicidad. Es un problema grave para el medioambiente, dada su constante acumulación, originada casi exclusivamente por el ser humano. El saturnismo crónico (intoxicación por plomo) puede producir deformidades y auto agresiones en los seres vivos. También destruye el fitoplancton.

Otra sintomatología que puede producir la acumulación de plomo en el organismo es: presión arterial alta, daños renales, trastornos del sistema nervioso, anemia, daños en el cerebro, daños en el esperma, agresividad, hipersensibilidad, trastornos neurológicos, depósitos en las encías de color gris “ línea de Burton”, daños en el feto, dolor de cabeza, insomnio, diarreas …

La cantidad de antimonio sobre la corteza terrestre es de aproximadamente un 0,3 a 0,4 ppm. Su aplicación en la industria es mucho más importante que su uso terapéutico, debido a su alta toxicidad. El tres de agosto de 1866 fue declarado veneno oficialmente. El aire que contiene grandes cantidades de antimonio y durante largos períodos de exposición produce irritación de pulmones y ojos, problemas de estómago, corazón y pulmones. La exposición ocupacional está limitada a 0,5 mg por metro cúbico de aire en ocho horas. El nivel máximo en el agua potable es de 0,006 ppm. Toxicidad. Dermatitis, obstrucción bronquial, diarreas y vómitos.

El arsénico Muestra propiedades intermedias entre los metales y los no metales. Pertenece a la familia de los metaloides. Se presenta principalmente en forma de sulfuros. Está contenido en la formulación de algunos medicamentos a pesar de ser sumamente tóxico. Es un elemento químico imprescindible para la vida. Está presente en carnes, vegetales y cereales, pescados, crustáceos. Las dosis necesarias de 14 ug diarias estarán cubiertas con el consumo de estos alimentos.

Empleado con fines terapéuticos desde muy antiguo, está prácticamente abandonado por la medicina occidental en la actualidad, salvo en el caso del trióxido de arsénico, utilizado en el tratamiento de pacientes con leucemia promeliocítica aguda

Fue estudiado y utilizado por Plinio, Galeno, Dioscórides y otros sabios de la antigüedad, que ya conocían sus efectos tóxicos y corrosivos. Lo utilizaron para afecciones de la voz, tos y disneas. Los árabes también lo utilizaron medicinalmente en usos externos, en pociones y otros preparados.

Paracelso lo utilizó ampliamente en sus prácticas médicas. También fue estudiado por Alberto Magno y Roger Bacon. Muy utilizado en el siglo xviii, fue sustituido por los antibióticos y las sulfamidas.

Toxicidad. No es infrecuente la intoxicación por este metaloide. Contaminación de acuíferos, contaminación industrial, pesticidas. Una ingestión igual o superior a cien miligramos o menor cantidad durante mucho tiempo puede ser causa de envenenamientos graves. Se está estudiando la posibilidad de que produzca afecciones cancerígenas. Su exceso provoca vómitos, diarreas, fallos hepáticos y renales, deshidratación y edema pulmonar. (Piñero y Armario 2011)

 El azufre abunda bastante en la naturaleza. Es necesario para muchos aminoácidos y esencial para todos los organismos, también para las proteínas. Muy importante en la nutrición humana ligados a aminoácidos como la cistina y la metionina, así como al encima glutatión. Intoxicación: problemas respiratorios, dermatitis….

Bismuto. De creciente importancia comercial como sustituto del plomo, debido a la alta toxicidad de este.

Utilizado en la década de los 60 por la medicina química asociado a antibióticos, ocasionó múltiples casos de iatrogenia, por lo que fue prohibido en la formulación de cualquier preparado que lo contuviese. Toxicidad. Anemia, problemas en la piel, diarreas.

El cobalto. Es un elemento esencial en pequeñas cantidades. Considerado sin valor en la edad media, el radio isótopo de cobalto Co-60 es en la actualidad uno de los agentes más utilizados en el tratamiento del cáncer, así como en la esterilización de alimentos. Tiene múltiples usos industriales. Toxicidad. Radioactividad del Co-60, la exposición prolongada a su radiactividad puede provocar cáncer. El polvo de cobalto además de ser tóxico es inflamable.

El hierro es el cuarto elemento en abundancia de la tierra. Alrededor de un 5 porciento El hierro es uno de los componentes más valiosos del universo. Es el metal más utilizado. Parece ser que los egipcios y los sumerios lo utilizaban ya 4000 años antes de Cristo.

El Hierro contenido en el ser humano representa unos valores que oscilan entre 35 mg/kg para las mujeres y unos 50 mg/kg para los hombres. Es un componente esencial para el crecimiento y supervivencia de los seres vivos.

Toxicidad. Un exceso de Hierro puede provocar daños hepáticos. En casos leves su exceso puede provocar vómitos, dolores gástricos y estreñimiento. En caso de empeoramiento aparecerá hipotensión, arritmias, urticaria, pérdida de fuerzas. Si se agrava aún más aparecerá fiebre, dolores de espalda, asma, diabetes, colapso, manchas en la piel, cirrosis hepática, coma.

El mercurio Se usa en la industria en la confección de espejos, lámparas, esterilización, termómetros, instrumentos de medición, explosivos, empastes…. Se emplea en medicina como antiséptico. El cloruro de mercurio fue el primer remedio contra la sífilis, también se utilizó (calomelanos) como purgante, diurético y antihelmíntico Las reservas de cinabrio más importantes del mundo se encuentra en las minas de Almadén (Ciudad Real), en España. Es uno de los contaminantes marinos más peligrosos que existen

Toxicidad. Es extremadamente tóxico, requiriendo para su transporte y almacenamiento medidas especiales, reguladas por leyes y decretos. Es perjudicial por contacto, ingestión e inhalación. Irritante para las vías respiratorias, ojos y piel. La exposición prolongada puede lesionar el sistema nervioso, cerebro y riñones produciendo hidrargiria. Otros efectos son: escozor de garganta, debilidad, dolor de cabeza, pérdida del apetito, dermatitis. La ingesta prolongada con alimentos contaminados con mercurio produce la enfermedad llamada de Minamata, con pérdida de visión e incluso ceguera. Una intoxicación leve aparece con salivación abundante, vómitos, gastroenteritis, inflamación de las encías, trastornos del carácter, amigdalitis, úlceras y sangrado de las encías y de los intestinos…

Plata. Es algo más duro que el oro, pero menos dúctil y maleable. El mejor conductor de la electricidad y del calor, de entre todos los metales. Se utiliza en la industria química, fotográfica, orfebrería, monetaria, medicina uso externo, electrónica, aleaciones, catalizador, soldaduras… Se utiliza como moneda desde hace 700 a,C. Y conocido como tal hace 6000 años. Ya Hipócrates la utilizaba como germicida y se comercializa hoy para diversas dolencias. Está en estudio su utilidad como antibiótico. Su uso empírico durante todo el siglo xx hasta la actualidad demuestra que es útil en diversas causas de infecciones. Existe una amplísima bibliografía al respecto.

Toxicidad. La plata no es tóxica, pero sus sales sí y pueden generar cáncer. La intoxicación con plata se llama “ argiria”, que se caracteriza por piel y mucosas de color gris, poco estético pero no dañina. Concentraciones superiores a dos gramos de nitrato de plata, pueden ser mortales. También el líquido o el vapor pueden producir irritaciones de la piel, los ojos, la garganta, mareos, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, espasmos, somnolencia, trastornos de estómago, anemia, daños cerebrales, daños en los riñones y el hígado.

Selenio. Micronutriente esencial para la vida. Es insoluble en agua y alcohol. Tiene un efecto fotoeléctrico, convirtiendo la luz en electricidad, y aumentando su conductividad eléctrica al exponerlo a la luz. Se utiliza en aplicaciones electrónicas (células Solares), eléctricas, fotografía, aleaciones, insecticidas, veterinaria, fabricación de vidrios, abonos agrícolas, cosmética, industria del caucho. En estudio tratamientos para pacientes con sida.

Toxicidad. Está considerado un elemento peligroso para el medio ambiente. Sumamente tóxico. Síntomas de exceso. Hipersensibilidad en pies y manos, enrojecimiento de la piel, encías sangrantes, anorexia, dolencias del hígado, dermatitis, caída del cabello, acompañamiento de olor fuerte a ajos en el aliento y el sudor…

Cinc. Es un elemento químico esencial. Se utiliza en el galvanizado del acero. Sus aleaciones aparecen ya hace 3500 años en la región de Canaán . Los romanos lo emplearon aleando calamina con cobre, según describe Plinio. En la actualidad se usa para la fabricación de baterías, piezas de fundición para automóviles, industria de los metales preciosos… El cuerpo humano tiene aproximadamente unos 40 miligramos por kilogramo.

Toxicidad. El metal no es tóxico, pero sí el óxido y el sulfuro de cinc .Pueden causar diarrea y depresión.

Exceso. Pueden presentarse: bajos niveles de colesterol bueno, bajos niveles de cobre, alteraciones de la función del Hierro, trastornos inmunológicos…

Talio. Es muy tóxico y se ha empleado como rodonticida e insecticida, pero este uso ha disminuido o eliminado en muchos países debido a sus efectos cancerígenos. El talio y sus compuestos son tóxicos para los humanos. Se sospecha que el talio es carcinógeno para los seres vivos. Entre sus efectos más notables de envenenamiento, se encuentra la alopecia.

La contaminación es una gran amenaza para los ecosistemas. Las grandes catástrofes, vertidos accidentales al mar o los ríos, y la exposición prolongada a contaminantes causan efectos dañinos en los seres vivos. De hecho, muchas enfermedades están ligadas a contaminantes. Las actividades antropogénicas provocan estrés en los ecosistemas, liberan contaminantes, afectan la supervivencia de los organismos, perturban la estructura y función de los ecosistemas naturales, modificando el número de especies (introducen especies exóticas o eliminan otras nativas), su acervo genético y la diversidad de ecosistemas y hábitats naturales (Steinberg et al., 1994). El uso de los ecosistemas fluviales como fuente de recursos y vía de eliminación de residuos ha provocando su degradación. La producción de residuos, introducción de nuevos plaguicidas y fertilizantes en la agricultura intensiva, aumento y concentración de población en ciudades, regulación de cauces, actividades mineras, etc. aumentan la suma de contaminantes persistentes en el agua y la enriquecen en nutrientes, disminuyendo la calidad de los ecosistemas fluviales y de las comunidades que los habitan (Calamari,2002; Marchini, 2002). Los metales pesados pueden permanecer en el agua, fijarse por adsorción a las partículas del suelo o ser absorbidos por los organismos y acumularse a través de las cadenas tróficas poniendo en riesgo las personas que los consumen (Hodgson, 2004; Montforts, 2006).

Medidas, bioindicadores. Éstos responden a xenobióticos y predicen el impacto ambiental antes de que sea irreversible, a diferencia de los análisis químicos clásicos, que sólo detectan parte de los xenobióticos presentes en un ecosistema y no revelan sus efectos en los organismos (López-Barea and Pueyo, 1998; Rodriguez-Ortegaet al., 2003). Los crustáceos han sido usados como bioindicadores de contaminación en ambientes acuáticos (O’Neill et al., 2004; Hagger et al., 2005). Un bioindicador ideal debe tener amplia distribución geográfica, ser de fácil muestreo, sésil/semisésil o vivir en un territorio restringido, y ser bien conocido a nivel bioquímico y fisiológico (Lowe and Kendall, 1990). Los crustáceos se usan como bioindicadores por su gran plasticidad ecológica, capacidad de alterar sus funciones fisiológicas y bioquímicas para sobrevivir en presencia de contaminantes y amplia distribución. Además, depuran y eliminan los metales pesados acumulados en sus tejidos. El procambarus clarkii es la especie centinela más utilizada para detectar la presencia de contaminantes.

(Naqvi et al., 1990; Madigosky et al., 1991).

En general, el orden de acumulación de metales pesados en la red trófica es como sigue: Contaminación> capa biológica=sedimentos>invertebrados>peces. Y como consumidores finales los humanos.

Eliomario

Bibliografía